Blogia
Trescientos días de sol de Ismael Grasa

PALABRAS DE JAVIER TOMEO EN BARCELONA

PALABRAS DE JAVIER TOMEO EN BARCELONA

      "Ismael es un narrador poco habitual. Ismael escribe provisto no de unas tijeras, sino más bien de una simple hoja de afeitar, de una afilada hoja de afeitar... Se sitúa frente al gran lienzo de la vida cotidiana (que no tiene por qué ser especialmente excitante) y con esa simple cuchilla separa un fragmento, corta un retazo y lo presenta honestamente al lector. Lo corta por la derecha, por la izquierda, por arriba y por abajo, caiga por donde caiga la cuchilla, sin preocuparse por redondear los bordes, para ofrecérselo a los lectores con absoluta modestia, sin pretender deslumbrar a nadie, sin presumir de que acaba de descubrir América.

 

No es pues la literatura de la fastuosa guitarra que, como decía Pío Baroja, canta grandes mentiras poéticas. Es más bien la literatura del modesto acordeón que se limita a decir lo que la vida es en realidad, una melodía entre vulgar y previsible, pero que es la nuestra, la que verdaderamente entendemos, la que nos emociona.

 

En este libro que presentamos esta tarde, los relatos fluyen pues no con la altanería y el bullicio de un torrente de alta montaña, sino más bien como el agua que conduce una acequia de nuestro somontano aragonés, casi en silencio, un agua que no es del todo limpia, pero que tampoco puede decirse que sea completamente sucia".

 

  Extracto del texto que leyó Javier Tomeo durante la presentación del libro en el Centro Aragonés de Barcelona. Gracias a Cruz Barrio, que hizo que todo transcurriera bien, y a Malcolm Otero, que con su teléfono tomó esta foto.

2 comentarios

Luis Antonio de Andorra (Teruel) -

Pido disculpas por haber escrito la palabra "expectativas" incorrectamente en el comentario anterior

Luis Antonio de Andorra (Teruel) -

Asistí a la presentación de "Trescientos días al sol" en el Centro Aragonés de Barcelona el pasado 22 de junio. El reclamo fue que Javier Tomeo presentase dicho libro de narraciones cortas. Valió la pena,no tanto por la presentación que no estuvo a la altura de mis espectativas como por la acertada adquisición del libro. Me gustó tanto que lo devoré de un tirón. Lo recomiendo encarecidamente y aprovecho para felicitar a Isamael Grasa y agradecer su dedicatoria.
Un cordial saludo con los mejores deseos